Las consecuencias de la sequía en la Argentina siguen teniendo réplicas y ahora se sienten también en las construcciones de La Plata. Hay alerta por el estado de algunas viviendas.
Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) advirtieron que la sequía que padeció el país y generó un agujero financiero de 20 mil millones de dólares, también ocasionó la aparición de grietas en paredes y pisos de viviendas de la ciudad de La Plata.
El arquitecto Julián Carelli Cerdá profesor de la Cátedra de Procesos Constructivos Carelli-Salinas/Lip (Laboratorio de Investigación Proyectual) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP explicó que “el suelo de nuestra región posee ciertas características que profundizan los efectos ya mencionados de sequía, cambio climático, la presencia de La Niña y las olas de calor. Nos referimos puntualmente a una de las capas existentes en los suelos, la arcilla expansiva”.
Zonas de riesgo
“La misma es susceptible a generar grandes cambios de volumen en relación con los cambios de contenido de humedad del suelo. Por eso, cuando la arcilla se encuentra en zonas de riesgo, como por ejemplo en contacto con las fundaciones y pisos de las viviendas, puede generar ciertos daños al producir desplazamientos y agrietamientos, entre otras patologías que no han sido resueltas en su construcción de manera que prevean este tipo de acciones”, precisó.
Carelli remarcó que “agrava la situación el hecho de que existe un gran porcentaje de construcciones que no han sido ejecutadas o controladas por profesionales, ya sean arquitectos, ingenieros, maestros mayores de obras, ni por contratistas experimentados. Nos referimos a las autoconstrucciones devenidas de una masa de población carente de acceso a un asesoramiento correcto por evidentes razones económicas y en otros casos simplemente por no contratar a un profesional matriculado”.
Sequía pronunciada y extrema
“La situación actual de sequía pronunciada y extrema provoca en las arcillas expansivas existentes en los suelos una retracción importante en su volumen, lo cual, en primera instancia no generaría grandes problemas iniciales. Pero sí pueden generar problemas con la vuelta a cierta normalidad en las precipitaciones, dicha capa de suelo aumenta su volumen de manera importante, provocando una gran presión que genera la rotura de pisos en todas sus capas: contrapisos, carpetas y sus terminaciones, sean cerámicos u otro material y roturas en vigas o zapatas de fundación y grietas en los muros”, afirmó el investigador de la UNLP.
“Es poco lo que puede hacerse”
Por su parte Daniela Rotger, arquitecta, Investigadora en el Centro de Investigaciones Urbanas y Territoriales (CIUT-FAU-UNLP), y docente en la materia Teorías Territoriales de la cátedra Rocca-Etulain (FAU-UNLP), aseguró que “la mejor forma de evitar las consecuencias de la sequía sería una fundación adecuada al tipo de suelo.”
Una vez que se ha edificado, es poco lo que puede hacerse, aunque la especialista sugiere que “podrían por ejemplo construirse veredas perimetrales alrededor del edificio para mantener la humedad relativa del suelo”.