Junto a Massa, Axel y Wado de Pedro, pero sin anuncios, Cristina Kirchner le habló a una Plaza de Mayo repleta. Discurso completo.
Muchas gracias compañeros, compañeras. ¿Cómo están? No los escuché bien. ¿Cómo?
La verdad que, que mejor lugar que volver a encontrarnos en esta plaza de Mayo. La Plaza de la patria, la verdad que con esta lluvia. ¿No llueve ahora? Milagro. Dios. Milagro. Y yo que quería ser una figurita de Billiken. Bueno, para los más pibes de 20 años que no saben qué era Billiken les cuento que era una revista que animó los años infantiles y escolares de millones de argentinos.
Quiero encontrarme de nuevo con ustedes en esta plaza como hace… ¿Qué? Como hace 20 años. Compañeros, compañeras. Hace exactamente 20 años que llegábamos con él, acá, a esta misma plaza en la que 30 años antes habíamos estado. Ese país que recibió aquel presidente patagónico de apenas 22% de los votos. Y no lo duden que sigue viviendo en el corazón del pueblo como sigue viviendo cada argentino y cada argentina que le dio dignidad a este pueblo. No lo duden pero, ese país que recibió que era un país de una gran crisis en el 2001. Yo quiero, en estos tiempos en los cuales se habla tanto en contra del Estado… que es necesario un Estado pequeñito, un Estado que no moleste, un Estado que deje que los argentinos vivan en paz. Quiero contarles que cuando él llegó después de la crisis del 2001, el Estado era así de chiquitito. Y quiero compartirlo con ustedes porque es necesario, ante tanta desinformación, ante tanta confusión armada, premeditadamente, que llevemos a todos los rincones de la patria, en cada escuela, en cada barrio, en cada fábrica, en cada comercio, a la calle… Que cuando él llegó el Estado era así de chiquitito pero, la deuda externa que le habían dejado era así de grande compañeros.
En aquel Estado, YPF había sido privatizada, era una empresa española igual que Aerolíneas Argentinas. Tampoco estaba el correo que también había sido privatizado. La ANSES tampoco existía porque cuando él llegó en la Argentina se jubilaban unos pocos. Los recursos de los trabajadores habían sido privatizados y habían sido entregados a las famosas AFJP. Apenas una jubilación de 200 pesos para los que habían cumplido todos los años y todos los aportes. Las AFJP se terminaron quedando con los sueldos más altos como aportantes y los más bajos los terminó pagando el Estado. Cuando en el año 2009 recuperamos la administración de las AFJP, a ese momento el 60%, escuchen por favor, el 60% de los jubilados eran abonados por el Estado nacional. Las AFJP únicamente pagaban a la crema, a los que ganaban los mejores sueldos y, por lo tanto, podían afrontar un sistema de capitalización. Pero toda la gente había quedado a la intemperie. Eran tiempos en que no habían blanqueado los aportes y, por lo tanto, no se podían jubilar. Cuando decidimos, en el año 2008, la recuperación de Aerolíneas Argentinas el Estado le pagaba a la empresa española los salarios de todos los trabajadores y el combustible de los aviones. Porque pese a la fama de buenos administradores que tienen los privados, por lo menos en lo que hace a Aerolíneas Argentinas no fue así. Tampoco las AFJP, no se jubilaba nadie pero, cobraron bancos y administradoras en comisiones 12.000 millones de dólares durante los años en que en este país jubilarse no era un derecho. Pero si el agua, acá en la Ciudad de Buenos Aires también era de una empresa francesa y de los principales 18 municipios del norte y sur del conurbano bonaerense. Cuando la recuperamos, pudimos hacer todas las obras de saneamiento y de conexión que no se habían hecho en todos los años de la privatización y aún hoy se siguen haciendo. Hasta el espacio radioeléctrico estaba privatizado.
Pero si todo estaba en manos de los privados, YPF también, aunque terminamos con déficit energético porque teníamos que importar combustible porque no exploraban ni explotaban y nos quedamos sin energía. Pero entonces, si todo estaba en manos de los privados, si todo estaba en manos de los buenos administradores ¿por qué la Argentina debía tanta plata? Por una razón muy sencilla: porque habían contraído deuda externa. Porque la habían estatizado en el 82, porque siguieron durante toda la década del 90 para sostener la falsa dolarización, para seguir endeudando el país. Esta es la historia. Ese día que se cayó esa falsa dolarización estalló el país. Esta plaza es testigo de nuestras alegrías pero es también el testigo de feas jornadas, de feos días, de feos recuerdos de los argentinos. A la patria hay que tomarla sin beneficio de inventario, a la patria hay que comprenderla y amarla completa. Esta plaza también, cuando yo era senadora de la Nación y Néstor soñaba allá en el sur en su querida Santa Cruz, fue poblada de represión a madres y abuelas aquí el día que se caía de la convertibilidad y se apropiaban de los depósitos a plazo fijo de los argentinos en el famoso “corralito” de aquel señor calvo y de ojitos claros. La verdad, cuando hoy vemos, cuando hoy escuchamos a quienes eran discípulos y colaboradores de ese ministro explicarnos lo que van a hacer… A nosotros porque, claro, nosotros no entendemos de economía como ellos, no fuimos a la universidad, no tenemos el título de economistas. Quiero decirles que es cierto: Kirchner era un simple abogado como yo pero, fuimos los kukas los que pagamos los depósitos a plazo fijo con el Boden 12. Sí. El Boden 12 que no es una oferta para ir al shopping por la tarde. No, no, no. Es el bono que se le entregó a cada uno de los que cuando fueron a buscar los dólares y los pesos a los bancos no estaban. No estaban. Esos dólares y esos pesos que se le quedaron los genios de las finanzas los pagaron los kukas, Néstor y Cristina. Sí. Ocho… me acuerdo como si fuera hoy. Ocho cuotas, las tres primeras las pagó Néstor: 2005, 2006 y 2007, las otras, la última la pagamos en el 2012. Anoten genios de la economía. Se las garparon nosotros la de ustedes. Nosotros los kukas, los perucas.
No solamente eso. Cuando Néstor llegó al Gobierno y recibió la deuda defaulteada, la deuda soberana defaulteada más grande de la historia, 150% del Producto Bruto y la reestructuró contra viento y marea logrando la quita de capital e intereses más importante de la que se tenga memoria. Era la deuda que había sido estatizada en el 82 cuando se iba la dictadura militar. Y la deuda que se contrajo durante los 90 para sostener la falsa convertibilidad o la falsa dolarización. Pero no se quedó ahí. No, no, no. Además decidió, junto al compañero Lula Da Silva, pagar al contado Taca Taca, la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Es ahí cuando la Argentina y su gobierno votado en las urnas recupera el timón de la economía. Y comienza un proceso de reindustrialización, de inclusión, de valor agregado, de tecnología, de repatriación de científicos e investigadores. De la construcción de una red social de inclusión para una sociedad que había sido devastada por la desocupación y la exclusión. Cuando el compañero llegó… Un médico por favor ahí, acá, a mi izquierda. ¿Está bien?
Cuando ese compañero llegó a Presidente de la República el Producto Bruto de este país era de 164.000 millones de dólares. Cuando su compañera entregó el gobierno el 10 de diciembre de 2015 el Producto Bruto era de 647.000 millones de dólares. Pagamos durante 12 años y medio 100.000 millones de deuda de dólares que no habíamos contraído nosotros. ¿Y qué? ¿Fue magia, somos unos genios? No, el modelo de construcción de la sociedad, un modelo de producción, de valor agregado, de inclusión social, de sostenimiento de la industria nacional, de buenos salarios. No es pecado pagar buenos salarios. Al contrario, es de buenos cristianos.
Y aquel gobierno termina con el mejor salario en dólares de toda Latinoamérica, con la mejor jubilación y con la mayor participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno, más del 51%.
Yo creo que es bueno contar estas cosas y que se sepan porque son números duros e inobjetables. Muchos dicen que mi segundo gobierno no fue tan bueno como el de Néstor o como el primero mío. Tengo claro que es porque fue cuando más plata ganaron los trabajadores y cuando más podía ahorrar guita la gente. No tengo ninguna duda.
Y miren no es que fueron 12 años fáciles, porque además estaba el otro argumento: “ah, tenían todo a favor”. ¿A favor? A los 4 o 5 meses, no qué, menos, tres meses de asumir como Presidenta, por otro genio de la economía, de los que nos dan clases todos los días, casi me pongo el país de sombrero. Fue algo muy fuerte en esta misma plaza, hablamos en dos oportunidades en aquella crisis que, sinceramente, dividió a la sociedad argentina. Por eso digo que casi me puse el país de sombrero. Una crisis política de magnitud muy fuerte. Y a los pocos meses, sobre mojado llovido, valga la redundancia. Sobre mojado llovido, la crisis de Lehman Brothers, se cayó el mundo en Wall Street y en todo el mundo. Una de las crisis, dicen los que escriben sobre estas cosas, que después del crack del 30 fue la más grande crisis financiera internacional que se recuerda, la del 2008. Después, enseguidita, 2008, 2009 vino una sequía. Sí, la sequía es algo redundante siempre en la economía argentina tan agro dependiente en algunas cosas. Me acuerdo que entre el 2008, 2009, 2010 perdimos millones de cabezas de ganado. Hay una ventaja con respecto a esta sequía. En esta sequía nadie le echa la culpa al gobierno porque, obviamente, es una cuestión climatológica. El otro día charlando con un dirigente de los movimientos sociales, se acordaba de que en nuestra sequía 2008, 2009 colgaban a las vacas que se habían muerto en los alambrados y decían: esto es culpa de Cristina. Claro, la crisis y el enfrentamiento habían… No me enojo, no es con rencor que lo digo, para nada. Para nada. Simplemente el enfrentamiento y la confrontación habían sido tan intensas que las consecuencias no podían desaparecer ni aún todavía han desaparecido. Es una pena realmente. Es una pena porque necesitamos, en serio, los argentinos y las argentinas poder articular algo diferente. No podemos seguir atados a una economía primarizada, no podemos seguir atados a los precios internacionales o a que llueva o a que salga el sol. Necesitamos dar un salto cualitativo los argentinos, de articular lo público y lo privado. Una alianza entre lo público y lo privado para agregar valor, para incorporar tecnología.
Miren: cuando uno ve las principales economías que han surgido en los últimos 20 o 30 años, fundamentalmente, desde el lado asiático, no solamente China. Cuando uno mira cada uno de esos ejemplos, lejos está de la doctrina que nos quieren imponer acá que el mercado y lo privado todo lo resuelven. Todo lo contrario: son modelos de acumulación acordados entre el sector público y el sector privado en las actividades que más retorno provocan y por lo tanto mayor incorporación de tecnología, de valor agregado y de trabajo calificado. Esta es la discusión que están esperando millones de argentinos y no las boludeces que se dicen todos los días en los medios de comunicación. Boludeces. Y perdonen la expresión.
se estaban acercando a la plaza. Y me quedo con tres para finalizar y despedirlos. El de una compañera… sí, cómo que no. El de una compañera de González Catán, gracias compañera. Una compañera, no sé el nombre porque no dijo el nombre pero era una compañera, ella venía sola, rubia con una coleta que venía de González Catán. No sé, debe estar por ahí escuchándome a lo mejor. A esa compañera que me miró desde su sensibilidad de mujer: gracias, muchas gracias. La pasaron por C5N, obviamente estaba mirando C5N, por TN esas cosas no las pasan. Después había una pibita chiquita que había venido de San Juan, Hebe, que debe estar por ahí también y que venía a verme y agradecerme. Gracias Hebe. Y un compañero, José Flores, creo que era, gaucho de Salta, con el poncho colorado de Güemes y dijo algo muy hermoso de su madre que le hablaba de Evita. Aunque había perdido el sentido hablaba de Evita y de él y que me quería mucho. Yo también te quiero mucho y los quiero mucho a todos y a todas. Muchas gracias por esta tarde maravillosa. Muchas gracias por tanto amor. Es lo que me ha sostenido en pie. Sin ustedes, sin el amor, sin los rosarios que me alcanzan, sin Dios y sin la virgen seguramente no estaría acá. Muchas gracias a todos y a todas, los quiero mucho.