En LAM, la panelista reveló que acudió a ese culto para “buscar respuestas” tras el suicidio de su marido Fabián Rodríguez.
En LAM, el programa de América TV donde trabaja como panelista, Nazarena Vélez reveló que participó de un ritual umbanda tras la muerte de su marido Fabián Rodríguez, quien se quitó la vida hace nueve años y con quien tuvo a su hijo Thiago.
“Fui buscando una respuesta al por qué”, explicó Vélez, quien amplió: “Me sentí muy asustada porque se invocan a los espíritus y de repente hay movimientos de cuerpo, están como poseídos”.
Al ser consultada sobre si quería comunicarse con su esposo fallecido, afirmó: “No sabía a qué iba, me dijeron que me iba a dar paz. Yo estaba casi loca”, reconoció.
“Los pai umbanda hacen todo, vos no hacés nada, solo rezás. Era una fiesta, había comida, empezaban con los tambores, estaban todos vestidos de blanco, esa era la condición, había mucha gente, como 30 personas. Era como una misa, no tuve que pagar. Sí te tiene que aceptar el dueño de la casa, no entra cualquiera. A mí me llevó un amigo que iba siempre”, detalló la mediática.
“Yo llegué como cuando llegás a una fiesta de cumpleaños. Quería encontrar una respuesta de por qué se había ido Fabián. Me dio miedo. De repente empiezan a tocar los tambores, a danzar, me quedé a un costado mirando todo. Sentí una energía que no sentí nunca en mi vida, un movimiento de energías. De repente vos estás hablando y le baja una entidad a un pai. Notás movimientos en los cuerpos, se me acercó una mujer y me empezó a hablar en portugués. Tienen movimientos que no hay manera ni que el mejor actor haga eso”, agregó Vélez.
Juan Di Natale y Ángel de Brito se dijeron de todo
Además, la panelista de LAM contó que el ritual se hizo en una casa de Ramos Mejía y que duró cinco horas.
“¿Sabés qué me pasó? Entendí que esto no es todo, que hay un más allá, que hay almas y otra cosa más allá de lo que vemos. Eso me dio cierta paz. No entendí nada sobre lo que hizo Fabián pero fue energético para mí”, reflexionó Vélez sobre su experiencia.
“La persona que se me acercó me dio a entender que él me amaba mucho, que lo cuidara a Titi (por Thiago). Tenía mi desconfianza porque sabían quién era yo”, aclaró.
“Debe haber gente que se aprovecha de esto. Me da pena porque tenés que estar muy desesperada para ir”, concluyó.